viernes, 16 de marzo de 2012

Día 3 - Andanzas y desandanzas de los cuatro caminantes de Huerta de Rey

“PRIMER GRAN TUTE POR LA SIERRA DEL MENCILLA”

Día 3: San Millán de Lara – Villasur de Herreros
Fecha: 30/07/2003
Distancia aproximada: 35 Km.

A las 7 diana, recogida y desayuno. A las 8 en marcha hacia Tinieblas.

Nos surgen dudas sobre el camino a seguir ya que la senda no es clara ni es recorrida ya por casi nadie. Mientras nos lo pensamos aprovechamos para tirar de pantalón por los silvestres campos.

Al final nos decidimos por una senda muy poco transitada, bonita, pero muy cerrada y llena de barro pese a los rigores del verano. En algunos tramos, cual jabalís sin rumbo, atravesamos tramos de mucha maleza bien tupidos de zarzas. Ha claudicado alguna de nuestras colchonetas, pero al final, después de un rato por la sombra salimos de nuevo a un Sol inclemente que nos amenaza desde lo alto.

En Tinieblas a las 10 de la mañana cogemos agua en la fuente antes de que lo corten. ¡Menuda suerte! porque de lo contrario lo hubiéramos pasado mal.

A las 10:30 comenzamos la ascensión de la Sierra del Mencilla. Menuda rampa, 700 m. de desnivel a cuchillo. Rompemos a sudar ¡vaya tute!

Como si de fuerzas andáramos sobrados subimos hasta el Plantizo (200 metros de más), esfuerzo del todo innecesario. Caminamos por las cumbres durante horas al Sol, atravesamos distintos picos y cortafuegos tan secos y polvorientos que en ocasiones los pies se hunden hasta los tobillos. A las tres de la tarde alcanzamos un refugio con sudor y polvo hasta en los dientes. Comemos en la poca sombra que nos ofrece el refugio y echamos la siesta hasta que la sombra deja de existir.

Apenas tenemos agua, por lo que decidimos dirigirnos sin más contemplaciones a Urrez. El descenso es largo y cansino. Repartimos a partes iguales entre los cuatro el poco agua que nos queda. A las 17:30 llegamos a Urrez para comprobar estupefactos que la fuente está seca. Nuestro gozo en un pozo y la cara de tonto que se te queda. Menos mal que dos paisanos muy gentilmente nos llenan las cantimploras pese a que el aspecto que llevamos no es precisamente el cuatro pinceles. En agradecimiento les regalamos un destornillador que hemos encontrado en el descenso.

Desde la Sierra del Mencilla divisando nuestro próximo destino

Después de llenar los estómagos de agua, y escribo llenar porque realmente nos empanzamos, los terminamos de rebosar con unas frescas cervezas con limón (hip, hip, Urrez). Aunque no hace mucho que hemos comido aprovechamos para ventilarnos los pocos pinchos que tienen en el bar.

Partimos para Villasur por una carretera donde nuestros pies se resienten, pero contentos de haber pasado la sierra. Ya en Villasur, mientras nos tomamos otras cervezas con limón nos informan de que existe un camping a unos 2 Km. Otros dos kilómetros que a nosotros se nos antojan interminables.

En el camping nos damos una necesaria y merecida ducha y hacemos la colada a mano pese a que había lavadora. El agua en el que lavamos se vuelve como el chocolate a pesar de los continuos enjabona-aclara. Especialmente a los calcetines no hay quien les haga volver a su ser, tienen polvo para regalar y pinchos para un vermú.

Después de pasar buena parte de la tarde lavando, decidimos finalizar esta dura jornada con una cena ligera: alubias pintas de primero y chuletón de segundo. No vaya a ser que mañana no almorcemos.

Al calor de una digestión “ligera” dormimos los cuatro en la tienda porque hace mucho viento y los pantanos de Arlanzón y Uzquiza refrescan que da gusto.

Hemos pasado la primera prueba de fuego y estamos contentos. Mañana los Montes de Oca se nos antojan poca cosa.

continuará.....

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