martes, 15 de mayo de 2012

Raid Lozoyuela (2ª parte) por Oscar De La Fuente

RAID LOZOYUELA (2ª PARTE) por Oscar De La Fuente


Tal y como os contaba al final de la primera parte de este relato, el siguiente segmento que elegimos para seguir disfrutando de este apasionante raid fue el de BTT+Pruebas especiales. A priori la bici debería, al menos eso es lo que pensábamos nosotros, irnos mejor que el treking. Pero, casi siempre hay un pero, la sección elegida ahora no solo era BTT, había más cosas.... -las pruebas especiales- ¡osú mi arma....!.

Según la Hoja de Ruta, aquí deberíamos picar todas las balizas para conseguir los puntos exigidos. Así que no nos devanamos mucho los sesos en descartar nada, como somos unos “machotes” había que hacer todas las pruebas de la sección y punto. Mira que bien, así no teníamos que pensar, ni preocuparnos por pasar algún detalle por alto.

Las PE eran kayak, escalada y rapel. La canoa se realizaba en el pantano El Atazar, para llegar hasta allí era obvio que había que coger la bici. Pero la escalada y el rapel se hacían en la misma estructura de la escalerucha y de la tirolina en la plaza de Lozoyuela.

Al fichar en la mesa de control vimos que apenas había dos parejas escalando en el rocódromo portátil. Así que otra vez fuimos “palla” como las vacas al agua. También nos daban 3 puntos por estas dos pruebas. Tres puntos muy golosos, así que a “Osquítar-araña” no le quedó más remedio que ponerse otra vez el arnés y recordar viejos tiempos.

La mayoría de participantes y organizadores decían que la escalada no era muy complicada, pero yo tenía mis dudas. Éstas se disiparon un poco al ver que el escalador que negociaba el rocodromo delante de mí era una chica. Lo estaba haciendo francamente bien, su técnica era muy buena lo mismo que su trasero.

Ahora me tocaba a mí. Perico le dijo al encargado que hiciese el favor de asegurarme él. No puso ningún reparo al verle los esparadrapos en las manos. El casco de Calimero me apretaba horrores, me lo quite y el mismo encargado me lo ajustó a mi medida, ¡qué alivio!. He de comentaros que no es la primera vez que escalaba, hice mis pinitos en otra época de mi vida por tierras catalanas, cuando era bastante más joven y probablemente más irresponsable. No tengo reparos en confesaros que mi nivel era normalucho, no conseguí aprender ni avanzar mucho, lo mío era más bien la fuerza bruta.

A lo que vamos tuerta (que luego Carmelo me dice que me enrollo mogollón cuando lee mis relatos). Respiré hondo y empecé a escalar. Para haber pasado más de dos décadas desde la última vez que me puse unos pies de gato, la verdad es que no se me dio nada mal, y encima con 20 años más en la talega... -modesto que es uno-. Cuando llevaba escalado aproximadamente la mitad del rocódromo, la presa donde tenia apoyada la pierna izquierda se giró. Me di un buen golpe en la espinilla. Estuve a punto de soltar un pedazo de juramento de la o..., pero me di cuenta que justo a mi lado estaba rapelando la del culito bonito, ¡por Dios..., que hubiese pensado de mí, si soy un caballero!. Pero lo que realmente hirió mi orgullito de escalador venido a menos fue, que algunos de los presentes incluido el que me aseguraba creyeran y manifestaran que había sido fallo mío. Se equivocaron de lleno, pero no les dije nada para no parecer el típico listillo que busca excusas en todo, no le di ninguna importancia. Además aquí lo importante y mi objetivo prioritario era llegar arriba, y no entablar discusiones absurdas colgado de una pared.

Una vez arriba el mismo tío que me ató a la tirolina me preparó para el rapel. Seguía pareciendo que sabía muy bien lo que hacía, pero no por eso aumentó mi confianza en él. Bajé en un pis-pas. Rapelar no es muy difícil, la gravedad hace prácticamente todo el trabajo, además como todos ya sabéis para abajo hasta la m... corre.

Lo siguiente que hicimos fue coger las bicis e ir a la furgoneta. Allí nos preparamos para la transición y también nos comimos un bocadillo de tortilla de atún con pan sin sal, que mi parienta Anabel amablemente me había preparado con mucho cariño la noche anterior.

No tardamos mucho en determinar el orden de visitas a las distintas balizas de BTT. Curiosamente coincidió escrupulosamente con el orden numérico de las mismas, mejor... –menos que pensar, que si no se nos complica el contar-. Para llegar a la primera, es decir a la nº 1, fuimos a tiro hecho puesto que ya la teníamos localizada. Os acordáis, la que picó por error aquel raider-ciclista que nos encontramos cuando realizábamos el treking, -je, je ... que bien nos vino-.

Nuestros augurios se cumplieron. La BTT se nos dio bastante bien. No cometimos prácticamente ningún error. El ritmo de ejecución fue bueno sin apenas tiempos muertos por dudas o toma de decisiones. No hay apenas anécdotas que contar. Estoy tratando de recordar algo curioso o anecdótico que contaros pero no me viene nada a la mente. Fue todo muy normalito, salvo por algún comentario gracioso de Perico recordando el pan sin sal del bocadillo.

Cuando pasamos por El Berrueco adelantamos a una calesa tirada por cuatro lustrosos corceles. Se dirigía a recoger a una pareja que iba a empezar otro tipo de aventura completamente diferente a la que estábamos realizando nosotros. Y nos llaman locos o excéntricos a nosotros por lo que hacemos. Enfrascarse en el matrimonio, ¡que pedazo de aventura!. Bastante más larga, dura y tediosa que cualquier otra, a priori para toda una vida, eso, eso sí que es de locos, ¿no creéis?. Bueno, que cada cual haga lo que quiera, por encima de todo me gustaría ser respetuoso. Además hay algunas de estas aventuras que van viento en popa. Según mi modesta opinión deberíamos dar la enhorabuena a los que las terminan y no ya tanto a los que las empiezan.

Todo lo bien que se nos dio el BTT, se nos dio de mal la canoa. Los primeros compases en el recodo del embarcadero más o menos bien pero cuando salimos a mitad del pantano, ¡ostias Pedrín!. Hacía bastante viento, las olas que formaba eran bastante considerables. Rompían con bastante fuerza contra la piragua haciendo muy difícil su gobierno. Yo nunca me había visto en semejantes circunstancias, tuve una especie de presentimiento negativo y me acojone. Le dije a Perico que igual nos teníamos que volver por donde habíamos venido. Éste me contesto que no era para tanto, que remara con cojones y que me olvidase del miedo. Como no somos especialistas, nos costaba Dios y ayuda mantener el rumbo. Trabajamos mucho y mal para llegar a las balizas, o al menos es lo que me pareció a mí. La falta de costumbre, la postura, el ir calados hasta los huesos, el frio y la tralla que traíamos, todo esto influyó negativamente en nuestro estado físico. Cuando me bajé para picar la primera de las balizas tenía las piernas entumecidas y agarrotas. Caminar se convirtió en un duro y doloroso ejercicio, correr ni se me pasó por la cabeza. Vimos a unos cuantos raiders salir del embarcadero y su forma de andar, poco fluida y tambaleante, delataba que lo que les pasaba era algo muy parecido a lo de mis sensaciones.

Después del kayak picamos la última del BTT. Al aproximarnos a Lozoyuela por una estrecha senda nos pasó una cosa bastante graciosa. Yo pedaleaba por delante, llegué a un seto con un pequeño portillo por donde teóricamente seguía la senda, me asomé para ver lo que había al otro lado, aprecié que la senda seguía hacía la derecha pero parecía quedar cortada en pocos metros por una valla alta de alambre. Al otro lado y un poco alejados vi también a cuatro raiders en apariencia arreglando un pinchazo. Cuando llegó Perico a mi altura le dije que no debíamos pasar por el portillo del seto puesto que la senda quedaba cortada al otro lado. Por lo tanto no nos quedaba otro remedio que seguir por el costado de la pared, parecía lo correcto ya que había marcaba otra senda. Enseguida llegamos a un rincón sin salida. Ni cortos ni perezosos escalamos con las bicis y de cualquier manera el seto que nos impedía seguir nuestro camino. Al hacerlo nos vieron los raiders del pinchazo y descojonandose nos dijeron: ¿pero que cojones hacéis, estáis tontos o qué?, ¡mira que os gusta hacerlo difícil!, porque os complicáis tanto si tenéis una puerta justo ahí. ¡Coño!, -con perdón-, era verdad, había una puerta grande y abierta en la valla de alambre y yo no la había visto, ¡seré gilipollas!. Lo de menos era el tiempo perdido y el esfuerzo de saltar, lo que nos fastidió (pero solo un poquito) es que fuéramos el hazme reír de estos cuatro abisinios. Bueno, nosotros no pinchamos ninguna vez, ¡chinchad abisinios!.
Llegamos otra vez a la mesa de control. Ahora solo nos quedaba una sección por realizar. Cuando consultamos la Hoja de Ruta y vimos el mapa que nos dieron se nos bajó la poca alegría que nos quedaba a los píes. Desilusionante, tan solo nos quedaban tres cuartos de hora de tiempo oficial y este segmento era bastante extenso. Arrecidos y fatigados, daba la sensación de que necesitaríamos un día entero para realizarlo. Las chicas de la mesa control derrochando simpatía por los cuatro costados nos animaban y nos instaban a que nos pusiéramos en marcha ya, puesto que el tiempo apremiaba.

La prueba en cuestión era la denominada: Mixta. Consistía en la mezcla de dos disciplinas, BTT y Orientación individual con la prueba de arco. 14 puntos en juego todavía, ahí es nada. Analizamos la situación. En un arrebato poco inteligente de optimismo le dije a Perico que lo mismo podíamos picar las cuatro balizas de la BTT. Más sensato y menos optimista, éste me contestó: si cogemos una o dos vamos que chutamos. Primero fuimos a por la más asequible por un tramo de carretera. Una vez allí era imperativo replantear nuestra estrategia, el tiempo se esfumaba escandalosamente limitando muchísimo nuestro margen de actuación. Decidimos intentar una más y dirigirnos a meta. Cuando enfilábamos ésta última nos cruzamos con Urbano y Juanillo. Dos amigos Comelobos que también participaron en este Raid.

En meta, cambiando impresiones, los susodichos Comelobos nos comentaron que no se les había dado muy bien del todo el Raid. Nos dijeron que habían perdido mucho tiempo en un túnel buscando una baliza y encima no la encontraron. ¿Un túnel...?, ¿qué túnel...?, ¿donde había un túnel?... (Estoy bromeando). Tranquilos les dijimos, eso no ha sido nada, y con cierto énfasis y excitación les contamos nuestra desventura vivida en el famosito túnel.

Al final acabamos bastante cansados pero contentos. La valoración global del Raid ha sido bastante positiva. Entendemos que nos falta preparación y aprender mucho todavía, pero aun con todo, nuestra posición en la clasificación no fue mala del todo, conseguimos colarnos en el Top-20.

Hasta la próxima mis queridísimos y pacientes lectores.

FIN

4 comentarios:

  1. Amigo Oscar, buen relato,muy descriptivo, en lo bueno y en lo malo. Nosotros también cometimos muchos errores de los que se pagan caro, y es que hay que echarle un rato antes de lanzarse a la aventura. Como ya le comente a Juanillo, con los tiempos ideales marcados por la organización y haciendo una simple división quedaba demostrado que las balizas de la 3ª sección, que también nosotros dejamos para el final, era bastante mas "baratas", 6 minutos por baliza, que las de las otras, 10 minutos por baliza, incluso hubiera merecido la pena pasar del kayak. Hay que espabilarse para la proxima. Por cierto ¿habrá una próxima antes de la de Huerta? Ahi os las pondré bien jodidas, os vais a cagar.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Comelobos por tu distinción en cuanto al relato del Raid.
    Para mi esta prueba dio mucho juego. Considero que fue una autentica aventura cargada de anécdotas y curiosidades, merecedora de ser contada, de ahí este relato.

    Urbano, por descontado que estoy contigo en cuanto a lo de espabilarse. La información, el conocimiento y un buen análisis son fundamentales si queremos optar a una mejor clasificación final. Pero sinceramente, y siempre desde mi más humilde y modesta opinión, tal y como les ocurre a los buenos vinos se necesita tiempo para madurar y triunfar. Quién sabe, todo se andará. De momento yo estoy en periodo de aprendizaje y de adaptación, siendo mis principales objetivos el entretenimiento y la diversión.

    He hablado con Pedro y seguramente vayamos al de Madrid en la Casa de Campo el día 9. Puesto que nos has lanzado “ese guante” en tu comentario,-lo recogemos y allí te esperamos fiera-. Pique sano ¿vale?

    Oscar

    ResponderEliminar
  3. Un saludo Oscar, totalmente de acuerdo contigo, esto es para disfrutar, si después de haber estado todo el día trote para arriba, trote para abajo, no te has quedado con una cara de tonto feliz, malo, mejor dejalo y dedicate a otra cosa. Por otra parte la tipa que estaba delante en la prueba de las cuerdas, no será la de la foto 139 de las 439? Si es esa es dificil no pegarse un guarrazo con ella delante, vaya pibon.

    ResponderEliminar
  4. Gracias chicos por la estupenda crónica. Nos alegramos mucho de que hayáis disfrutado de los Desafío y la Liga en General. Esperamos contar con vosotros al año que viene.
    Un saludo de la organización de Desafíos Liga Centro.

    ResponderEliminar