Alzaga y De La Fuente se imponen en el VII Raid de Huerta
del Rey completando íntegramente todas las especiales y todos los puntos
de control.
A la cuarta va la vencida. Cuatro años ha necesitado esta pareja
para subir a lo más alto en este raid. Siempre en la pomada, sus tres
actuaciones anteriores, 2011 segundos, 2012 terceros y en el 2013 cuartos,
demuestran que era posible, que cabía la posibilidad de alcanzar algún año tan
ansiada posición. De hecho, según la “gente entendida” entraban en la quiniela
de favoritos., algunos comentarios previos al evento así lo pronosticaban.
Aclarar que Pedro ya había conseguido ganar este raid con otra pareja hace años, no obstante es la primera vez que lo consigue representando a los Amachimbra.
Aclarar que Pedro ya había conseguido ganar este raid con otra pareja hace años, no obstante es la primera vez que lo consigue representando a los Amachimbra.
El Raid de Huerta se está consolidando como una espléndida
prueba popular de aventura en nuestra zona. Lo demuestra, por ejemplo, el hecho
de que este año, cuatro equipos de Amachimbras han asistido al mismo. Y todos
coinciden, prácticamente en lo mismo, sus apreciaciones: divertido, ameno,
entretenido.... en fin, un evento diseñado para conseguir todo esto, y donde
además tiene cabida todo el mundo.
Crónica por Oscar.
Ya conocéis
mi opinión sobre este raid de aventura. Hace unos años, fue amor a primera
vista, probar, flechazo y ya está, quedé prendado, enamorado y engatusado como
adolescente tontorron por los encantos de esta disciplina deportiva, y de este
raid en concreto. Os lo recomiendo a todos, de verdad, merece la pena, y mucho,
participar y disfrutar de semejante prueba.
Ya que estamos,
aprovecho para felicitar a la organización por el grandísimo despliegue y arduo
trabajo realizados todos estos años, por su compromiso, por su paciencia, por
su saber estar.... ¡gracias por todo!
Que pronto se pasa un año, casi sin darme cuenta ha llegado
tan esperado acontecimiento. Como ya tenemos algo de experiencia en estos
berenjenales, nos exigimos cierta preparación previa para poder rendir
óptimamente el día D.
Silos, Sangre, Sudor y Zarzas, Hoyos del Iregua, Muñalba,
Tiembla Tinieblas.... han colaborado de forma eficiente en la citada
preparación. Entendemos que Km y horas encima de la bici son necesarios para
poder enfrentarse con cierta dignidad a pruebas donde haya que dar bastantes
pedaladas.
El 80% aproximadamente de este raid es bici, (bueno, este
año, quizás haya sido un poco menos, 70%), de ahí nuestra parte de obsesión por
ese tipo de rutacas como preparación.
Al lío, o como dice Juanillo al turrón. Primer segmento,
sector urbano. Comienza el baile. Urbano, el sector urbano, de urbano más bien
poco...jajaja. Teníamos la mitad de los controles en el promontorio calizo que
protege a Huerta de los vientos del Noreste, encima, bien escondiditos. El
overbooking de participantes formado alrededor de los mismos facilitó bastante
la labor de localización.
Entramos primeros en la plaza, descargamos, comprobamos y
limpiamos las tarjetas, todo bien.
Arrancamos el segundo sector. Teníamos una estrategia
concebida de ante mano y empezamos poniéndola en marcha. Dado que las
especiales tiene mucho peso, por no decir que son obligatorias para optar a la
general en este raid, nuestras prioridades pasaban por realizarlas lo más
pronto y rápido posible sin que nos perjudicase mucho los recorridos de
aproximación hacia las mismas. Si nos las quitábamos de encima cuanto antes,
podríamos enfrentarnos a teóricos contratiempos y problemas de una forma más
relajada y por ende, a nuestro entender, más beneficiosa para nuestros
intereses.
La escalada fue la primera. Para llegar hasta allí podíamos
picar dos controles aproximándonos por carretera, así lo hicimos. Algún
apurillo de Peter-araña en la roca, pero sin mayores consecuencias. Continuamos
barriendo la zona Noroeste del mapa dando tiempo a que abriesen las especiales
del pueblo, nos sobró tiempo, ibamos bastante enchufados. Decidimos picar una
de las más cercanas al pueblo de la zona Noreste sacrificando tiempo y
recorrido, pero una menos para después.
Nos presentamos en la vertical a las 12 en punto, subí y
baje con éxito en un visto y no visto, no me pareció complicada, menos que las
de los años anteriores.
También fuimos los primeros en asistir al corte de troncos.
Un poco de descoordinación en las primeras rodajas, pero un buen “sprin” en las
últimas nos permitió despiezar cinco trozos del duro madero., choqué los cinco
con mi par, me pareció una buena actuación, nos daban 125 puntazos por tres
minutos invertidos.
A por la canoa y a barrer los Cerros, sin problemas, salió
todo a la perfección. Íbamos viento en popa, terminada esta zona, nos quedaba
el Noreste del mapa.
Tal y como nos estaban saliendo las cosas intuíamos, de hecho
Pedro comentó, que podíamos ir a por todas y encima sobrarnos tiempo, yo asistí
pero más por complacerle que por convicción propia, yo quería pero no sé si
podría, empezaba a notar ciertas sensaciones raras en mi organismo, no era
pájara, vacío no estaba pero entero tampoco, en las zonas de máxima exigencia
las piernas no me respondían como en otras ocasiones. Empecé a notar los
típicos calambrazos, se lo hice saber a Pedro, le dije, tenemos que bajar el
ritmo si no quieres que esto me vaya a mayores.
Picamos la 49,
hicimos un poco el tonto para encontrarla, hicimos un buen trecho a pata dando
bastantes propinas, hacerlo a píe era lo correcto, lo incorrecto fue hacerlo
sin mapa, no espabilamos. Cuando volvimos a las bicis mis calambrazos se
manifestaban en todos los terrenos, ahora íbamos despacio y en
llano....uffff!!! la que te espera moreno, pensé. Nos quedaban siete controles
por picar, el tiempo ahora corría que se las pelaba. Lo bueno, no me vine
abajo, me crecí ante la adversidad, concentré todos mis pensamientos en
gestionar mi problema de la mejor manera posible. Acabé con todas las
existencias de geles de Perico, él estaba bien, no los necesitaba. Me mentalicé
para bajarme de la bici en algún repechaco o cuando fuese necesario.
En estas llegamos a
la 84, bonito y difícil control, de orientación pura y dura, un caramelo del
trazador, estaba en una pequeña ruina escondido dentro de una gran espesura.
Casi nos marchamos sin picarlo, un replanteo con la brújula en el último
momento y la suerte del destino nos condujeron hasta él.
El tiempo volaba. Mi par empezó a dudar de que tuviésemos tiempo para picar las que nos quedaban,
medio musitó alguna que otra alternativa. Curiosamente fui yo el que le animé
en ir a por todas. Si penalizamos algo no importa pero tenemos que hacerlas
todas, si hemos llegado hasta aquí es para eso, le dije. Dicho y hecho, nos
concentramos y conseguimos nuestro objetivo. El cielo no nos lo van a regalar
Pedro, hay que ganárselo, te lo dije entonces y te lo digo ahora...jejeje!!!