Muchísimas gracias Joseba por deleitarnos con tan fantástico y fabuloso relato.
A parte de darle mucho y bien a los pedales, este León se esta destapando como un magnifico cronista. |
La Galarleiz por Joseba León
Cuenta la leyenda que una manada de lobos tomo como territorio las crestas del Zalama, el ganado desaparecia en la niebla del monte Balgerri, ningún pastor se adentraba en el bosque del Kolitza, y de las profundidades del pantano de Ordunte surgían las almas de los montañeros... Y ahora si te consideras valiente, te retan a participar en la maratón de "La Galarleiz".
-Vah, tonterias!- Pensaba yo... No puede ser tan dura una prueba popular que reune a mas de mil participantes entre dos modalidades distintas: en bicicleta y andando. Yo lo tengo claro, en bici voy a cualquier sitio, pero caminando no lo hago, y menos ¡corriendo!. Si se puede hacer a pie, pedaleando estaria chupado, pensaba yo.... El recorrido transcurre por la cresta de una pequeña cordillera que baja de Burgos a Vizcaya y predominan los descensos. No podia ser muy complicado un perfil de etapa donde hay más metros de desnivel negativo que positivo, pensaba yo... Además veía esas colinas desde la carretera cada vez que subia al pueblo de mis abuelos, y a lo lejos parecían suaves y agradables. Así pues, imaginé una carrera facil con comoda victoria, pensaba yo... ¡Grave error! Cero metros de asfalto, pista rota, sendas de cabras y caminos de treking extremo; todo campo a traves donde elegir la mejor trazada es decisivo, lluvia, barro y viento, mucho viento. Pedalear se convierte en un ejercicio de cuerda floja por culpa de un viento, que en las crestas de la montaña hace efecto envudo y se acelera soplando con tanta fuerza que eres incapaz de mantener el equilibrio. Tramos tan complicados que los caminantes no dudan en ayudarse mutuamente para superarlos, mientras yo en cambio solo deseo que mis perseguidores pinchen o se caigan.
-¡esta vez hay alguien mas bruto que yo!- |
Me sorprende el digno comportamiento de los de a pie, que se muestran dispuestos a ayudarme cargando con mi bici. Pero yo desconfio de todo aquel que lleve un dorsal pegado a la espalda y como un sadico les chillo: -¡paso que voy!-. Mas tarde choco con una vaca y tambien la grito: -¡gorda idiota, quita de en medio!-. De nuevo vuelvo a gruñir a los caminantes, temerosos ellos de que algun biker loco les atropeye en una bajada descontrolada: -¡apartaros, no me hagais frenar!- . Y continuo dando vozarrones a todo el que veo: -¡voy por la izquierda, ni te muevas!- -¡en que puesto voy!- -¡cuantos kilometros quedan!- -¡agua, comida, joder, mierda, ahagrrr!!!-. En cambio los felices caminantes rien, cantan, paran a descansar o incluso aprobechan a ligar con alguna de las preciosas andarinas. En bicis apenas participan media docena de feminas, pero andando son cientos las chicas que se animan, y todas son guapisimas. ¿Con cual voy a ligar yo si del esfuerzo llevo mi desfigurada cara llena de babas? Tenemos que reconocer que los ciclistas somos un poco raritos, nos gusta ir rapidos, nos pica la competición, y siempre estamos echandonos carreras. Incluso si te montas en bici de paseo para ir a comprar el pan y ves a otro semejante, tienes la extraña necesidad de adelantarle y levantar los brazos. Siempre ha sido asi y no hay porque avergonzarse, y el que no lo reconozca es porque tiene los instintos ciclisticos atrofiados.
Joseba a subido a muchos podiums en su vida, y no precisamente por casualidad |
Y sin embargo despues de tantas penurias, los participantes llegan con el rostro iluminado y unas ganas tremendas de contarle a todos lo bien que lo han pasado: -¡ha sido divertidisimo!-.